Palabras de gracias del graduado con el mayor índice académico en la promoción de la Trigésima Primera Graduación Ordinaria

Mis principales agradecimientos van dirigidos al ser que nos ha permitido estar aquí, me refiero a Dios, quien, con su inmensurable amor por nosotros, sus hijos, nos ha dado la bendición de recibir el titulo profesional que hoy se nos otorga; y con él, avanzar un peldaño más hacia el progreso profesional.

El versículo 40 del libro de Lucas, nos enseña refiriéndose a Jesús, que “el niño crecía, y se fortalecía y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él”. Guardando la distancia, puedo señalar que cada uno de mis compañeros graduados, ha recibido esa oportunidad de crecer, llenarse de sabiduría y recibir la gracia de Dios.

Nuestras maletas, salen hoy cargadas de grandes recuerdos y especiales momentos vividos en compañía de personas que de diferentes formas han marcado nuestras vidas. Fuimos, somos y seremos una generación histórica, al continuar avanzando a pesar de la dificultad de la pandemia generada por el COVID-19. Mi hija Samantha de 11 años me dijo que ella se había convertido en Psicóloga junto a mí ya que participó en todas mis clases virtuales durante la pandemia. Al igual que yo, sé que muchos de ustedes convirtieron sus salas o habitaciones en aulas de clases, pero a pesar de la situación, no nos dimos por vencidos. Muchos son los momentos que recordamos con un especial cariño y alegría, así como los momentos más difíciles que nos sirvieron de impulso hacia esta meta que hoy alcanzamos.

El tiempo de estudio virtual se caracterizó por muchos cambios y retos, pero de manera muy rápida, nos vimos en la necesidad de aprender a adaptarnos a la docencia y las pruebas virtuales. En este punto, es importante destacar la rápida y eficaz gestión llevada a cabo por parte de la Universidad UTE, su personal académico y administrativo y sus docentes. Todos ellos nos acompañaron en esa nueva aventura de la manera más cómoda y práctica.

Representando a todos mis compañeros graduados, agradezco el enfoque de la universidad por el interés de desarrollar en nosotros las herramientas necesarias para nuestro futuro profesional.

Hoy puedo confirmar que la Universidad de la Tercera Edad es un lugar donde el adulto encuentra espacio y tiempo para demostrar, que cualquier edad es propicia para aprender, para crecer, para identificarse consigo mismo, descubrir sus potencialidades, sus valores y sus aptitudes.

Cada uno de nosotros, ingresó a la UTE con un sueño; y durante el transcurso de nuestras carreras, se nos proveyeron todas las herramientas necesarias para construir esos sueños. Por esta razón, invito a todos mis compañeros a ponerse de pie para unirnos en un fuerte aplauso de agradecimiento a todo el personal académico, administrativo y docente de esta prestigiosa universidad.

Gracias a todos los facilitadores por compartir con nosotros sus conocimientos profesionales, experiencias, entusiasmo y pasión por nuestras profesiones.

Agradecer también a los compañeros y compañeras que nos han acompañado en este viaje del saber, con los cuales hemos compartido maravillosos momentos, emociones y sentimientos. Puedo asegurar que hoy todos nos llevamos experiencias inolvidables y nos vamos siendo diferentes seres humanos, conociéndonos mejor entre nosotros y mucho más cercanos que hace cuatro años. Gracias a cada uno de nuestros compañeros, aprendimos a ver y entender más allá de lo que creíamos saber y a nutrirnos de las experiencias de los demás para fortalecer nuestras capacidades profesionales.

Por último, agradecer a todos aquellos que, al escuchar mencionar nuestros nombres aplauden con gran emoción y orgullo de ver nuestro logro, son ellos nuestros familiares, son ustedes nuestra ancla, hoy les agradecemos todo su apoyo y la dedicación de acompañarnos tras nuestros sueños. Hoy se nos reconoce de manera pública, pero sin duda, a ustedes debemos parte de este reconocimiento.

Finalizo como dijera Shakespeare alguna vez: “Nuestros cuerpos son nuestros jardines, nuestras voluntades son nuestros jardineros”. Así que florezcan desde aquí y hasta que sus voluntades se los permitan.